lunes, 21 de julio de 2008

Valvulízate!

UN POQUITO DE DISCUSIÓN...
¿Qué hay de la distorsión? Más potente con transistores, pero con sonido menos redondo y mucho más frío; mucho menos “musical”. Para distorsionar un sonido, el amplificador recorta la señal de entrada. Los amplificadores 100% valvulares se sirven de varias etapas, a fin de incrementar la ganancia hasta tal punto que las válvulas se saturan, produciendo los llamados armónicos impares, que al oído humano resultan mucho más atractivos, en contraposición a los pares, resultantes de distorsionar con transistores y equipos con combinación de ambos elementos, de los cuáles hablaremos a continuación. ¿Y por qué no consigo ese sonido con mi Marshall? Básicamente porque se tratará de un modelo que albergue válvulas, pero con la adición de circuitos a transistores que contribuyen al recorte de la señal de entrada. Por esta razón no son necesarias tantas etapas, y la evolución de este sistema ha dado lugar a la aparición de equipos híbridos (normalmente con previo valvular, especialmente en Marshall).

EFECTOS VALVULARES
A menudo, en un afán por lograr el sonido perfecto, muchos dispositivos moduladores de efectos integran válvulas. Sin ir más lejos, los Multiefectos Vox de la serie Tonelab incorporan una válvula 12AX7.Efectos, como el caso de Vox (una de las marcas pioneras en materia de efectos valvulares), los hay a montones en el mercado, así como el uso de válvulas en efectos integrados (ECC81, en el caso de la reverb integrada en amplificadores Fender).

CONCLUSIÓN
En el ámbito del audio, si somos partidarios del buen sonido, está claro: válvulas. Pero tener muy claro que vamos a mimar bien nuestros equipos, así como el cambio de válvulas (normalmente cada 1.000 horas de empleo, en el caso de la etapa, y 2.000 horas en el del previo; más allá no hay garantía de que el sonido conserve su respuesta tonal, su color y su ganancia), la limpieza y evitación de uso contundente, así como de las válvulas microfónicas, ya que con el uso podría producir acoples. Prueba, y si te convence, ya sabes, ¡valvulízate!

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